Linda Cáceres.Bueno!, ya he llegado a Venezuela; he estado full de cosas por hacer pero estaré poco a poco publicando todas mis experiencias de mi viaje a Japón en este blog, les pido paciencia por favor. Les daré un resumen de las cosas que hice durante el viaje y de todas las metas que logré cumplir para éste.
Muchos creen que yo me costeé este viaje (bueno!, parecía porque todos me pedían regalos de Japón), yo creo que ni trabajando por 5 años como mula lo hubiera podido pagar. Este viaje de Japón me lo gané después de concursar por 3 años seguidos en un discurso de idioma japonés, y he comprobado el dicho "
A la Tercera va la Vencida". No fue nada fácil pero lo importante es que lo logré; al ganar el discurso y aprobar una prueba escrita la Embajada del Japón de Venezuela me postuló y recomendó ante la Fundación Japón, después de tanto papeleo y procesos por fin fui seleccionada y así me invitaron a conocer este maravilloso país por 15 días con todos los gastos pagos.
Un viaje a Japón como el que yo me gané tiene un costo de aproximado de 60.000 BsF. (eso serían como unos 13.400 $ americanos), si es que no es más. Creo que realmente tuve suerte, jeje!, bueno! tampoco se trata de suerte, es cuestión de trazarse una meta y luchar duro por ella para lograrla, y aunque muchos me dijeron que era imposible he demostrado que no hay imposibles para mí; puede que el camino sea difícil pero tengo la certeza de que puedo lograr todo lo que me proponga, y con esto está la prueba de ello.
Fuimos 57 personas de todo el mundo, una por cada país; tantas culturas, razas y creencias unidos por un sólo sueño "
Conocer el Maravilloso Mundo de Japón". La dominación dentro del grupo fuimos los latinos ya que éramos mayoría quienes más hablábamos en nuestra lengua castellana, pero igual casi todos nos comunicábamos en japonés e inglés, bueno!, yo hice el esfuerzo con el japonés porque para mí no era fácil hablar por la falta de práctica, pero allí me defendí, fue una experiencia única. (No me pregunten por el inglés que ese si todavía no lo entiendo).
Salí de Venezuela el 30 de Agosto para tomar el avión hasta París y de allí hice escala para llegar al Aeropuerto de Kansai-Osaka el 1 de Septiembre. Al llegar nos esperaban funcionarios de la Fundación Japón quienes nos llevarían en transporte hasta el instituto de Osaka. De regreso salí el 15 de Septiembre de Osaka a Narita-Tokyo en avión, luego de Tokyo esperé 12 horas en el Aeropuerto para tomar el avión hasta París, y de París esperé 5 horas para así tomar el avión de regreso a Venezuela, llegando el 16 de Septiembre.
Este viaje comprendía un tour en 4 ciudades importantes de Japón: Osaka, Kyoto, Hiroshima y Tokyo. Cuando yo había recibido en Venezuela el itinerario del tour de los 15 días yo me planifiqué varias metas para cumplirlas en este viaje, y me siento súper feliz por haberlas logrado todas, bueno! me faltó sólo una pero ya esa se escapaba de mis manos, que era el conocer a una "Geisha", pero yo ya sabía con antelación que esa si no era probable de lograr, el resto todas las cumplí.
Mis metas del viaje fueron las siguientes:
Tomarme una foto en las afueras del Palacio Imperial: allí es donde vive la Familia Real de Japón, pero no podía tomármela dentro del Palacio porque está prohibido, pues me la tomé afuera.
Conocer Tokyo: pude conocer nada más y nada menos que la ciudad más cara y poblada del mundo, Tokyo, la capital de Japón y por la que todos se mueren por ir a trabajar allá.
Me monté en el Shinkansen: Conocido como "
El Tren Bala". Desde niña la primera tecnología que conocí de Japón fue este maravilloso tren que viaja de ciudad en ciudad, es considerado como el tren más rápido y tecnológico del mundo, viajando a más de 300 Km por hora. Después de 15 años he logrado verlo en persona y montarme en él; casi lloro cuando lo vi.
Conocí el Castillo de Oro: Estuve en frente del hermoso Castillo de Oro, y les informo que es un castillo hecho de oro sólido, y tiene en la punta del techo un ave grande de oro. Que hermoso castillo, era uno de mis más anhelados sueños conocerlo.
Mi foto junto a la estatua del perro Hachiko: tal vez algunos conocerán la historia del perro Hachiko de la estación Shibuya de Tokyo, hasta una película le hicieron. Hachiko representa la Lealtad en Japón y es muy famoso. Luego les hablaré más sobre este perro en otro post del blog para explicárselos a quienes aún no conocen la historia.
Vi el Monte Fuji: la montaña más alta y famosa de Japón, es prácticamente un símbolo de Japón. Ya cuando mis esperanzas se iban, durante el vuelo de Tokyo a Osaka tuve la enorme suerte de que el avión pasó cerca del Monte Fuji y estuve tan emocionada que le tomé demasiadas fotos. Un sueño cumplido a último momento.
Jugué al Kickbaseball Japonés: desde hace más de 2 años supe de la existencia de este juego en Japón y siempre quise conocerlo y jugarlo, allí tuve esa gran oportunidad gracias a que contacté a los miembros de la Asociación de Kickbaseball de Osaka con meses anticipados antes del viaje, y ellos me concedieron la oportunidad. Fue una experiencia increíble.
Comí el Momo: el momo o durazno japonés es una fruta muy popular en Japón. Siempre tuve la curiosidad de ver un durazno rosado y de comerlo, es muy sabroso y jugoso, hasta se me chorreaba el jugo en las manos; ñam ñam!, sabroso!!.
Me compré mi Daruma: Daruma es un monje que simboliza la Perseverancia. Cuadra muy bien conmigo. Desde que empecé a estudiar japonés siempre quise tener uno y ahora ya tengo el mío; luego les cuento acerca del gran Daruma San.
Me compré mi Kokeshi: las Kokeshi son muñecas de madera y representan una importante artesanía tradicional japonesa. Además, son tan sencillas y lindas, aunque leí que se ven sencillas pero su fabricación es complicada.
Me monté en el Tren de Japón: pagué un Ticket libre y me paseé en el tren de Tokyo, me fui a Akihabara, Ginza, Shibuya, Yoyogi, Chiyoda, Shinjuku y Harayuko; no me alcanzó más tiempo para seguir paseándolo, jeje!!.
Conocí la famosa Torre de Tokyo: aunque la vi desde el transporte pero lo importante es que la vi. Esta torre es la más alta del mundo con más 332 metros de altura.
Preparé Té Verde: la ceremonia del Té es una forma ritual de preparar un Té en Japón; tiene muchísimas reglas que se deben de cumplir, desde para entrar a la habitación donde se preparará el Té hasta para tomárselo. Las piernas me quedaron doliendo porque la posición en la que hay que sentare es incómoda, pero la experiencia fue extraordinaria.
Visité el Museo de la Paz en Hiroshima: vi todo lo de la bomba nuclear de la Segunda Guerra Mundial, aquella que devastó a Hiroshima; pero lo más increíble es que los japoneses se recuperaron muy rápido y ahora la ciudad está como si nada hubiera pasado; aunque los japoneses tienen este momento dentro de sus mentes como un día triste para ellos.
Viajé en 7 aviones: bueno! no es que estaba en mis planes pero esto es un récord, nunca en mi vida había viajado en avión, y en tan sólo 18 días me monté en 7 aviones. La experiencia fue súper pero muy agotadora, jeje!!
Comí todo tipo de comida japonesa: NO! en Japón no se come ratas ni cucarachas; en realidad puros vegetales y sobretodo ¡ARROZ!, hasta en el desayuno, aunque es muy sabroso, ya extraño la comida, ñam ñam!!.
Aprendí a Manejar Bicicleta: pues sip!, no sabía manejar bicicleta, y en Japón me sentí segura de poder conducirla a toda hora; después de tantas estrelladas que me hice, en el último día la pude maniobrar muy bien; así que puedo decir que aprendí a manejar Bicicleta en Japón.
Mostré el Kickingball en Japón: añadiéndole un aporte a la historia de este deporte, logrando que por primera vez sea exhibido oficialmente en un país extranjero, aproveché mi viaje para contactar a los del Kickbaseball japonés y ellos me dieron la oportunidad, este fue un día que nunca olvidaré, pues me trataron tan bien y me dieron regalos y demás.
Cociné comida japonesa: en la casa de la familia japonesa con quienes compartiría un día entero como parte del programa del viaje, cociné Takoyaki, muy sabrosos por cierto, aunque me costaba voltearlos pero hasta que lo logré, jeje!!.
Le tomé fotos a la Luna y a mi Estrella desde Japón: puede sonar algo tonto para muchos pero es una promesa que le hice a una de mis mejores amigas, ella me pidió la foto de la Luna en Japón y le cumplí (aunque fue difícil encontrar la bendita Luna, no sé porqué no se veía), y también aproveché de tomarle a mi Estrella. Sí!, tengo Estrella en el cielo!, cada quien con su creencia ¿no?.
Me encontré con mi mejor amiga japonesa: ya hace un año que Yuko regresó a Japón. Nos conocimos aquí en Venezuela y le prometí que iría a Japón y haría todo lo posible para verla y así fue. Fue muy complicado porque aunque yo estaba en Osaka y ella también, de su casa al instituto eran como 2 horas de recorrido; pero logramos vernos después de tanto tiempo, un momento muy alegre.
Conocí la vida del japonés: en la casa de la familia japonesa, tuve un día para aprender cómo era la vida del japonés en su hogar. Realmente es muy armoniosa, son muy sencillos, limpios, organizados y me trataron con muchísima amabilidad.
Diosss!!, hice tantas cosas!!, creo que me faltan más, pero las seguiré contando en post siguientes.
Indudablemente una experiencia única para vivirla, pero esto es sólo un abreboca para mí, viví algo único pero debo seguir trazándome metas más grandes. Así que he de volver a Japón y esta vez la meta será más grande "
Estudiar en Japón".