domingo, 3 de octubre de 2010

Conociendo la Vida del japonés - Home Visit


Linda Cáceres.
4to día en Japón.
Home Visit.
Visita a casa de familia japonesa.


El día sábado 4 de Septiembre fue el "Home Visit", en el que compartiríamos todo un día con una familia japonesa y así conocer la vida del japonés. En el Home Visit Guidance nos habían dado un sobre que contenía la información de la familia que nos tocaba para este día. Cuando vi la foto se notaba a una señora y una adolescente, pero resultó que la adolescente ya era una chica mayor puesto que la foto era vieja, jeje!.

El Home Visit sería compartido con un compañero, a mi me tocó Stephany de Perú. De verdad que tuve suerte porque estuve muy nerviosa, además me di cuenta que mi japonés era muy poco y Stephany me ayudó mucho para poder entender. Yo sentía que me hablaban muy rápido y no entendía nada y más con los nervios..... no sé que me pasó!, es como si me hubieran borrado el CPU del idioma japonés. Yo me sorprendía de la manera tan fluída que hablaba Stephany, parecía una propia japonesa; además, me sorprendí más cuando ella pudo dominar el dialecto de Osaka tan rápido; definitivamente estaba anonadada de tener a una compañera tan hábil en el japonés a mi lado.

Claro! debo confesar que me sentí bastante intimidada porque yo no lograba entender, pero eso me hace ver de que debo practicar mucho más y que debo intensificar mi estudio de idioma japonés. Mi más grande desventaja en este idioma es la parte auditiva y el conversacional por falta de práctica, lamentablemente en Venezuela no hay mucha oportunidad de hablar con japoneses y con los compañeros de clases es difícil porque siempre están ocupados. Pero creo que igual no tengo excusa: DEBO ESTUDIAR MÁS!!!

Me dio mucha risa en la mañana de ese sábado para reunirnos con lo del Home Visit, pues cuando llegué a la Room Hall había varias mesas divididas por grupos, todos nosotros esperando por nuestra familia, y podía verse a las distintas familias japonesas llegando a recoger a su parejita de extranjeros para llevarlos consigo; parecía como un orfanato donde llegan familias para adoptar a los huérfanos, jajaja!!!!

Stephany y yo fuimos las penúltimas; todo el mundo se fue con su familia y nada que llegaba la nuestra. Luego llegó una chica contemporánea conmigo, sí!, era Shoko, la supuesta adolescente XD. Stephany y yo nos quedamos sorprendidas, era una chica muy linda, bien arregladita y fashion. Nos llevó en su carro hasta su casa en Osaka en donde nos encontraríamos a la Sra Chiemi, la Madre de Shoko.

Antes de entrar a la casa teníamos que quitarnos los zapatos. Estuve muy pendiente de no meter la patota en cuanto a la cultura en el hogar japonés, y de seguro por eso estuve tan nerviosa ese día. Cuando entramos a la casa pude notar la sencillez con la que estaba arreglada. Esa es una de las cosas que más me gusta de los japoneses: "Su sencillez". Por supuesto que hay japoneses extrovertidos, locos, etc etc..!, pero la mayoría son sencillos y prácticos. La casa de nuestra familia japonesa era al estilo tradicional japonés; con suelo de madera y tatami, era muy bonita y limpia.

Subimos unas escaleras estrechas y bonitas para el segundo piso de la casa y había 6 niños (4 niñas y 2 niños) y luego llegaron una adolescente y otra señora (familiares de una de las niñas), así que en total éramos 12 personas.

La Sra Chiemi tenía a los niños porque ella les daba clases de inglés, y como nosotras éramos latinas les enseñamos algunas palabras básicas en español: "Hola", "Gracias", "Los Números del 1 al 10", entre otras. A Shoko le gustaba el Castellano y a la Sra Chiemi también, nos comentaron que habían estudiado algo pero les era muy difícil de aprender (obvio!, el español realmente es difícil).

Lo que más se me hizo difícil de la parte cultural era "El Sentarse", había que sentarse en el suelo de Tatami, pero por ser mujer tenía que hacerlo flexionando las rodillas posándome sobre los pies, o en su defecto podía echar mis piernas de lado, pero en ningún momento debía poner las piernas de frente ni tampoco sentarme cruzada; al parecer esa es la forma en como se deben sentar los hombres. Y yo sufriendo porque las piernas se me dormían y las pasaba de un lado a otro; este fue un gran trauma para mí.

La Sra Chiemi y Shoko fueron muy amables, realmente dulces como la miel, nos trataron de maravilla. La Sra Chiemi se reía mucho de mí porque notaba mis nervios. Lo que más gracia me causó fue cuando me dijo que mis ojos eran tan redondos que pareciera como si yo todo el tiempo estuviera sorprendida, jajajaja!!!, tomando en cuenta que los ojos de los japoneses son ovalados, jeje!.

En cuanto a los niños, eran bastante divertidos. Jugamos mucho con ellos, escuchamos música, nos enseñaron algunos juegos de niños japoneses, incluso me regalaron una pelota de papel que se hace con papel de seda. El juego con la pelota era pegarle en el aire cada uno de nosotros y no dejar que cayera al suelo. Yo parecía la propia niña jugando. También me regalaron 4 cositos de tela rellenos como de pepitas acrílicas (lo siento!, realmente no sé el nombre de este juego), con ellos se juega a hacer malabares. Después les mostré un juego venezolano, me llevé una perinola y se las mostré; los puse a jugar pero sólo la niña hermana de la chica adolescente pudo meter una; jeje!, en cambio el resto desistieron y les pareció imposible XD.

Luego sirvieron el almuerzo, ¡¡¡excesivamente sabroso!!!; me costaba comer con los benditos palitos pero ahí hacía el intento. (Por otro lado las piernas me estaban matando). La manera como sirven la comida los japoneses es muy interesante; todo muy estético y separado una cosa de la otra. Además, los japoneses comen bastante y de mucha variedad en una misma comida. Lo único que sí no aguantaba era el Té; a mí no me gusta, ni aquí en Venezuela lo tomo pero en Japón todo era Té, y yo muerta de sed por el calor y lo que quería era agua, pero sólo me daban Té. Aunque el Té refrescaba más pero no me gustaba el sabor.


Después del almuerzo seguimos jugando con los niños y también estuvimos hablando un rato (y yo todavía con mis nervios). Luego todos tenían que irse a sus respectivas casas y nos quedamos Stephany, la Sra Chiemi, Shoko y yo. Nos llevaron a visitar un templo; era como una especie de casa antigua. Para entrar había que quitarse los zapatos pues el suelo era todo de tatami. Era sencillo pero muy bonito; tenía un jardín espectacular y había árboles de bambú.



De allí nos llevaron a un museo en donde entramos a una sala donde estaban dando un concierto de piano, clarinete y violín. Eran 3 chicas que estaban tocando y lo hacían con una hermosa habilidad. La que más me sorprendió fue la del clarinete, me pareció que tocar ese instrumento era bastante difícil tomando en cuenta de que hay que tener buena respiración para tocarlo.

Al terminar el concierto nos fuimos a un centro comercial para comprar la comida de la cena y también aprovechamos de pasear un rato. Se nos hizo tarde y regresamos a casa. Cuando llegamos al instante llegó la mamá y la hermana de la Sra Chiemi, luego el sobrino; ya éramos 7 personas.

Nos pusimos a preparar Takoyaki (bolitas de harina de trigo rellenas de pulpo y otras cositas). Me sentí muy contenta porque una de mis metas era cocinar comida japonesa y allí estaba yo: "preparando Takoyaki".

Para prepararlos se usa una máquina de Takoyaki, se pone a calentar, se le hecha un poco de aceite en cada hoyo y agregas la harina preparada en ellos, luego se le van agregando a cada uno el pulpo y los demás ingredientes que se le desee colocar. Para voltearlos me costaba pero pude lograr voltear el Takoyaki; LISTO!, listo para comer!!. Ni preguntar por la salsa que se usa para comerlos.... mmmm!!! ñam ñam!.

Cuando comíamos Takoyaki nos dieron unos vegetales que sabían sabroso. Después de comer venía el postre. Nos dieron una torta y helado. El que más me sorprendió fue el helado. La Sra Chiemi sacó de la nevera unos panecillos y yo preguntándome: ¿y los helados?, pues resulta que el helado estaba dentro de esos panecillos. PERO QUÉ DELICIA!!!, si hubiera sido por mí me comería como 20 panecillos de esos y todavía quedaría con ganas. La torta era de chocolate y también estaba muy sabrosa.

Se nos hizo como las 10 pm y la Sra Chiemi y Shoko nos llevaron de vuelta al instituto en su carro. Realmente la pasamos muy bien, a pesar de mis nervios todo salió bien y pude aprender muchas cosas sobre la vida del japonés. Tal vez yo no hablaba mucho pero sí observaba bastante; podía comprobar todo lo que había leído sobre los japoneses durante todo este tiempo que tengo estudiando japonés. Aunque el plano que conocí fue el de la mujer japonesa; no llegué a ver el esposo ni tampoco llegué a preguntar por él (creo que a los japoneses no se les debe hacer preguntas personales).

De esta manera pasé mi cuarto día en Japón, en el Home visit, aprendiendo sobre la vida cotidiana del japonés. Que bueno que nos tocó una buena familia porque algunos de nuestros compañeros les tocó una familia poco agradables, según lo que me contaron; bueno!, los japoneses son buenas personas pero no son perfectos....

Aah! y mi cámara volvió a la vida!, Stephany la arregló al estilo latino: "Con un Golpecito".... XD. Lista para ser usada en mi gran día esperado.... el 5 de Septiembre!!.

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